Las cosas
para Boeing no están nada de fáciles, lo que sería un éxito y una firme
respuesta al Airbus A380 se ha convertido en un dolor de cabeza. Con un
lanzamiento retrasado en 3 años y tan solo un año y medio en servicio, el
Boeing 787 está peligrando su validación para volar.
Con tan solo
una semana de diferencia dos aeronaves
Boeing 787 Dreamliner, una de Japan Airlines (JAL) y otra de All Nippon Airways
(ANA), han sufrido incidentes con el mismo origen: las baterias auxiliares de
la Auxiliary Power Unit (APU), un motor auxiliar que se encarga de proveer
energía eléctrica al avión cuando los motores no están en funcionamiento y no
existe una fuente de energía externa.
En el caso
del avión de JAL, éste se encontraba en la loza del aeropuerto de Boston, solo
con el equipo de limpieza a bordo. Distinto es lo que ocurrió con el avión de
ANA, el que presentó un incendio en pleno vuelo, obligando a los pilotos a un
aterrizaje de emergencia. Un tercer caso se presentó hace unos días con un 787
de United Airlines, pero al parecer solo con el cableado, pero próximo a la
zona del APU por lo que se investiga si se trata del mismo tipo de incidente.
La medida
adoptada ante este tipo de situaciones fue dejar en tierra a todos los Boeing
787, hasta que se establezca el origen de los repentinos incendios. EE.UU.,
Europa, India y Chile (éste último por los aviones de LAN Airlines) se han
visto en la obligación de acatar esta determinación en un hecho que no ocurría
hace 34 años: dejar en tierra a todos los aviones del mundo de un mismo modelo.
Tras la caída
en casi 4% de sus acciones, Boeing no es la única perjudicada. ANA, el mayor
operador del mundo de 787 Dreamliner (17 aeronaves), ha debido cancelar 379
vuelos solo en febrero y estima que en total se deban suspender cerca de 1.200
vuelos, afectando a cerca de 100.000 pasajeros.
Hasta el
momento la NTSB ( The National Transportation Safety Board) no tiene una respuesta clara a lo que ocurre con los 787.
Diversos estudios hacen suponer que los incendios han sido producidos por un
cortocircuito como consecuencia de un aumento de temperatura (avalancha
térmica). Pero los investigadores toman estos indicios como síntomas y no como
una causa basal. En paralelo está trabajando un equipo investigador japonés,
por lo que se deberán compartir avances y resultados.
Tanto Boeing
como las aerolíneas dueñas de los modelos 787 Dreamliner están a la espera de
los resultados de las investigaciones para poder reanudar sus vuelos.