El viernes 22
de febrero, The Boeing Company entregó a la Federal Aviation Administration
(FAA) un plan para reparar los problemas causados por las baterías de
ion-litio, y que tienen en tierra a la flota mundial de Dreamliner desde hace
aproximadamente un mes.
Según el
fabricante, como no se ha demostrado aún -y con certeza- la causa de las
fallas, diseñó un plan para prevenir las consecuencias de los
sobrecalentamientos de las celdas de la batería. Esto, instalando aislantes
cerámicos entre ellas, para contener y evitar la expansión del fuego y el humo,
además de una caja de acero inoxidable más grande -con una tubería para
ventilación- para contener el fuego y evacuar el humo al exterior. Hay que
recordar que las baterías son dos: una principal y otra que entrega energía al
APU; en el caso de la primera está detrás del tren de nariz; ambas son
recargables.
Todo lo
anterior, sumado a mejoras en el sistema que entrega información de las
baterías, para dar mejores datos de su condición durante todas las fases del
vuelo a los pilotos. La FAA está tomando nota de las actualizaciones, por el
surgimiento de cuestionamientos al proceso de certificación, indicando que se
tomará su tiempo para analizar la propuesta de Boeing, antes de autorizar o
rechazar las modificaciones que mencionamos más arriba.
Lo anterior
no cambia -de momento- la decisión original de mantener las aeronaves 787 en
tierra: a las diversas aerolíneas que mantienen estos equipos fuera de vuelo,
LAN Airlines indicó que tendrá a sus tres Dreamliner fuera de servicio hasta el
mes de julio.